Desde hace algunos años venimos observando distintas campañas para la prevención de la obesidad infantil y quiero unirme a este esfuerzo porque creo que es indispensable enseñar buenos hábitos alimentarios en nuestros hijos.

Cada año vemos como España, desafortunadamente,  se encuentra en los primeros puestos de los rankings en relación a la obesidad infantil, y desde el ámbito familiar podemos cambiar las cosas.

La infancia es un periodo crucial para adquirir buenas costumbres  a este respecto.

Una propuesta saludable puede ser la siguiente: 

Comer de todo. Una alimentación variada y equilibrada es una alimentación sana.

Desayunar siempre y de forma más completa posible.

Cereales (pan, pasta, arroz…), patatas y legumbres son alimentos básicos y tienen que formar parte de nuestra dieta diaria.

Moderar el consumo de grasas, especialmente las de origen animal.

Tomar todos los días frutas, verduras y hortalizas.

Moderar el consumo de productos ricos en azúcar como las golosinas, los dulces y los refrescos.

Reducir la sal en las comidas y utilizar, preferentemente, sal yodada.

Hacer todos los días ejercicio físico. Caminar siempre que sea posible.

Involucrar a todos los miembros de la familia en los distintos aspectos relacionados con la alimentación: comparar, decidir el menú y cocinar.

Podemos empezar con el desayuno, e ir ampliándolo al resto de comidas.

El desayuno es una de las comidas más importantes a lo largo del día ya que nos permite lograr un buen rendimiento tanto físico como intelectual. No haber desayunado correctamente puede provocar una disminución de la atención y del rendimiento en las primeras horas de nuestra actividad, ya seamos niños o adultos.

Para que el desayuno tenga una buena calidad nutricional debe incluir un lácteo (un vaso de leche, yogur o queso), un cereal (pan, copos de cereales, galletas, magdalenas, bizcochos…), una grasa de complemento (aceite de oliva, mantequilla, margarina), una fruta o un zumo (preferiblemente natural), mermeladas, miel  y, en ocasiones, jamón u otro tipo de fiambre.

El Ministerio de Sanidad a través de la Agencia española de SeguridadAlimentaria nos propone este Manual de Alimentación, además a través de la  estrategia Naos y el programa Perseo se han puesto en marcha distintas actuaciones.

Aquí podemos jugar con la piramide alimentaria, que incluye recomendaciones de actividad física; y aquí podemos encontrar material didáctico e incluso cuentos. 

Se trata de un popular juego de origen chino que consta de 7 piezas, a partir de las cuales se pueden realizar multitud de figuras.

Hace unos días le compré a mi hija este puzle, porque con la práctica del juego se estimula una serie de habilidades que facilitan el aprendizaje, como son:

 

Para iniciar al niño en el juego podemos proponerle que reproduzca un dibujo con la solución delante, trabajando de esta manera la coordinación visomotora, la atención, la orientación y estructuración espacial.

Una vez que el niño se encuentra cómodo con el rompecabezas, podemos pasar al juego clásico, reproducir una figura sin la solución. Seguiremos potenciando los aspectos trabajados anteriormente de una manera más compleja, mientras trabajamos además, la percepción visual y el razonamiento espacial.

Para finalizar y para fomentar la memoria visual, se muestra el niño una figura sin solución durante unos segundos, y se guarda para que no tenga un estímulo visual. Intentamos que el niño la reproduzca de  memoria.

Podéis encontrar muchos juegos online sobre el tangram, además de plantillas para hacer uno vosotros mismos. Nosotros preferimos trabajar de forma tradicional

Una de las cosas que más me preocupaba cuando tuve a mi primera hija era no saber a qué jugar con ella, ni como estimular sus sentidos para desarrollar su destreza motriz y manual.

Con este post voy a comenzar a explicaros una serie de juegos que me han ayudado a pasar buenos ratos con mis hijos y espero que a vosotros os ayuden también a pasar buenos momentos con los vuestros.

Uno de los juegos que más le gustan a mi hijo, que esta semana a cumplido un año, es meter y sacar objetos de un cuenco.

Esta actividad es muy sencilla y los utensilios que necesitáis lo podéis encontrar fácilmente en cualquier casa. Sólo vamos a necesitar una ensaladera de plástico y algunos objetos fáciles de coger. Pueden ser, por ejemplo piezas, de construcción.

El bebé pasará muy buenos ratos poniendo los objetos en la fuente y sacándolos de nuevo. Si la ensaladera es transparente el bebé también mirará los objetos a través de ella.

Con este juego, el bebé empezará a crear sus primeras nociones espaciales, fomentando el desarrollo de su motricidad fina, su observación y desarrollo sensorial.

Para variar el juego podéis tapar la fuente con un trapo y después destaparla.

Este juego está recomendado para niños mayores de 9 meses (es una edad promedio).

Esta vez os traigo una página con cuentos interactivos con los que podemos introducir también a los niños en el uso del ratón.

Esta bonita iniciativa nos ofrece a través de un personaje llamado Beti la cuentacuentos una serie de historias que se pueden oir y leer al mismo tiempo.

Me ha llamado mucho la atención la calidad de las ilustraciones, todos los cuentos tienen un animalito como guía, que nos ayudará en todo momento a saber qué tenemos que hacer.

Las historias no se cuentan solas hay que seguir unas indicaciones del guía que nos conducirá a juegos e interacciones con los personajes. También puedes avanzar con las flechas que se encuentran en pantalla.